He tenido experiencia con familiares en casas de retiro o de salud.
Viejitos concientes y otros fuera de la realidad.
Generalmente esas personas son las no visitadas, las olvidadas.
Sienten que sus seres queridos son desagradecidos y ya no tienen por que vivir, e entonces se hacen su propia realidad.
Esta documental reflota, que no es por senilidad la culpa de esto.
Sino porque las personas de su entorno, piensan que alcanza con pagar la mensualidad, ir el dÃa de su cumpleaños.
Sólo los abrazos, las charlas, las caricias, mantienen las ganas de vivir.