Paula Espinosa

No entiendo por qué tiene tan buenas críticas, cuando es una película muy mala. Mucho. Para empezar, no debería estar clasificada como terror, si no como drama. Es un dramón, de hecho. Diálogos vacíos, personajes que actúan sin lógica alguna, un asesino ridículo que supuestamente es satánico, un ayudante con síndrome de diógenes sin motivación, una protagonista deprimente y “ciega” pero que lo resuelve todo ella sola (sin salvar a nadie, ni siquiera a ella misma). Spoiler (resumen): Te presentan al asesino nada más empezar la película, lo capturan seguidamente (“intuyo que está en esa casa”, va el compañero, le pegan un tiro, y ella -sin pedir ayuda- entra a buscarlo y el tío está sentado esperando que lo capturen), y hasta el giro de los últimos minutos no te explican nada más allá de la depresión de la protagonista.

Entretenida es jaja Hasta pasada una hora no me di cuenta de que estaba en inglés, pero no importa, porque el diálogo de toda la peli es “lo siento”, “no” y “ok”. Hay un poco de tensión, un poco de comedia negra y algo de reflexión. Una peli que sin diálogo y con aliens típicos (gris, humanoide, flaco pero cabezón y de ojos grandes negros) te hace quedarte hasta el final por curiosidad. Y, al final, pues eso, entretenida.

El prota se llama Sigmund Freud como se podría haber llamado Paco. El título es para atraer, y la clasificación como terror es falsa. O quizás se refiere al terror que sientes de lo mal hecho que está el guión. Pierdes el hilo fácilmente, ya que después de hacerte creer que será una historia sobre crímenes, te meten con calzador el drama político austrohúngaro de la época, mezclado con mitología húngara. En el tercer capítulo pasas de una serie policíaca a una retorcida comedia de dos pobres cenicientos que quieren asistir al baile de palacio mediante ritos ocultistas. Si te quedas hasta el final, verás a mucha gente desnuda y cubierta de sangre.