Me tenían que haber pagado por ver esta obra. Vayan a ver teatro de verdad porque esto no lo es.
Ayer vi a la compañía de teatro kulunka: sin una palabra me transmitió mil veces mas que esta charlatanería, burda, sin alma, coloquial, y enfocada para un público que me da la sensación que se le trata como simple y verde, con chistes pensados para otra generación, más que para la cultura de hoy en día. Tiene que haber de todo, pero como público deberíamos exigir un mínimo.
Por hacer una comparativa que se pueda entender, dentro de la oferta teatral de Madrid esto sería el equivalente a la película de Aquaman con cualquiera de las de Batman de Nolan.
Pensé en irme. Me quedé sufriendo hasta el final esperando que me sorprendiera. Ni eso, el cierre, fue el giro de guión que me había visto venir tras el primer acto.
Repetición de las mismas reglas y esquemas hasta la saciedad. Pesada y recargada, girando todo el rato sobre lo mismo.
Podría seguir, pero creo que ya se me ha pasado la indignación.
Buenas noches.