Repite los conceptos de Sapiens en las primeras 150 páginas. Toma muestreos históricos muy parcializados para inferir situaciones futuras. No conceptualiza crecimientos exponenciales. Trata a la IA como un sistema cerrado y no lo pone a jugar con otros cambios disruptivos de nuestros tiempos. Se repite mucho en los ejemplos históricos y realiza comparaciones extremadamente subjetivas. Los datos históricos a veces son interesantes en sí mismos (aunque no sean valiosos para lo que se intenta demostrar) y algunos razonamientos son interesantes pero dispersos y no conservan un hilo argumental sólido.