Es una obra muy bien lograda. La manera en la que Franco desarrolla una historia de amor dentro del contexto de sicariato, prostitución, crueldad y violencia de la Medellín de finales de los ochenta, es impecable, incluso curiosa. La narrativa es fluida, te atrapa desde el primer párrafo y hasta la última oración del capítulo final. Rosario Tijeras resulta un personaje lleno de misterio y con mucho por contar, una mujer irreal pero paradójicamente construída con enormes pedazos de realidad, encarnando a Medellín y a la muerte misma con todas sus matices. Todo eso en un solo personaje. Ni hablar del narrador, de quien también sabemos poco y mucho mientras él nos narra lo poco y mucho que sabe de Rosario. En este libro uno sufre, ama y padece con el narrador de una manera brutal. Definitivamente, «Rosario Tijeras» es por mucho uno de mis libros preferidos, de esos que marcan y te dejan con una sensación extraña y triste cuando lo terminas.