Me agradó, pero no mucho. Rescato la ruptura de los estereotipos de los personajes, pero no la carga política tratada. Hicieron complejo un cuento sencillo y quisieron hacer una caricatura sencilla de algo tan complejo como la guerra. Se entiende la intención de presentar un personaje libre y diferente, pero el personaje de Pinocho al inicio era demasiado transgresor y torpe para mi gusto.