Es sin duda alguna, una gran obra literaria para los fanáticos de la historia militar. Para los estudiosos, los profesionales castrenses, esta obra puede darle una visión en primera persona de lo que fue la batalla de Stalingrado. Saber que se es una persona de carne y hueso, y que los horrores de la guerra, te pueden afectar en tu ser bio-psico-social, hace que definitivamente el militar de carrera siempre ahnele la paz. En mi opinión, aunque no todas las guerras son iguales, ya que lo que cambia es el campo de batalla, los medios y los fines, todas tienen un solo sentido...y es generar daño y dolor al bando enemigo. Nadie sabe o vivió, la batalla de Stalingrado; pero de algo si estoy seguro y se los recomiendo, cuando empiecen a leer el libro, sean parte de la historia, imaginen que escuchan las balas que pasan por encima de sus cabezas, el olor de la pólvora y la carne podrida o quemada, aunque lo lean, sientan el frío y el hambre, el dolor de la pérdida de un compañero de armas, el saber que hay tiempo para enamorarse, pero la guerra te va alejar del amor de su vida. Sientan como suyos los pocos momentos de paz, y vivan los combates, como si su vida dependiera de ello y cuando lleguen vivos al final de todo, den gracias a Dios, porque lo que vivieron, fue solo en su mente, y no fueron protagonistas reales de la guerra.