El ritmo es un poco lento y la trama simple (un excéntrico crÃtico gastronómico, escritor y sibarita, que lleva tres años bloqueado, pierde a la persona que lo servÃa y se da cuenta de que está incapacitado para la vida), pero la cinematografÃa es hermosa y los personajes, adorables. Puede funcionar como una especie de enciclopedia sobre lo que es ser porteño, ya que está narrada por De Niro y él explica, con una mirada foránea, los giros lingüÃsticos, las costumbres y las comidas tÃpicas de Argentina (de hecho, cada episodio comienza con una definición, al estilo diccionario, de una frase hecha nacional vinculada lo que va sucediéndole al personaje: "estar al horno", "remar en dulce de leche", etc). El guión exagera un poco al trazar constantes paralelismos entre Buenos Aires y NY, pero de todos modos la serie es muy recomendable. Distinta a lo que se acostumbra a ver en la tele hoy, eso sÃ.