TRILOGÍA
Una de las obras del flamante Premio Nobel de literatura, Jon Fosse. Sorprendente, rompedora y estimulante en fondo y forma, vulnerando toda norma establecida de manera magistral. A nivel lingüístico, viola con audacia las reglas de la escritura mediante el uso de frases casi eternas, haciendo acopio de oraciones copulativas, redundantes, repetitivas, como si de un mantra se tratara. Una cadencia de letanía que lleva al lector hacia su interior. Por momentos pareciera un relato oral, en el que se mezclan: narración, tan pronto sencilla como poética; diálogos, sugerentes, subliminales y con algún toque naif; y el discurso indirecto a cargo del narrador único que va cediendo la palabra a los personajes. La puntuación, olvidada pero sin consecuencias para la comprensión, queda cuestionada. Su estructura, no menos interesante, exhibe abundancia de recursos y técnicas narrativas. Una novela construida a base de continuas analepsis sin someter a la cronología, al servicio ésta de la necesidad episódica y el detalle anzuelo que traerá el pasado al presente. Un relevo suave entre las escenas del momento actual y lo que atrás quedó. A destacar también el fenómeno de la elipsis, que lejos de recaer sobre pasajes irrelevantes, ocultan acontecimientos importantes de la trama, un tanto hermética, casi circular, aspecto manifiesto igualmente en la relación entre los personajes y el protagonista. Una urdimbre casi única de elementos vinculados que retan a la casualidad. Hábil el reguero de pistas desapercibidas dejadas hasta el descubrimiento de la verdad de lo sucedido. Por lo que al contenido se refiere, la llegada de la joven pareja a la ciudad de Bergen se asemeja a la de María y José a Belén. De cuanto se va relatando se desprende inquietud, sospecha e incertidumbre, vehiculados por un elenco de personajes pintorescos y enigmáticos para poner en juego cuestiones de índole social: la pobreza, los prejuicios, la vergüenza, la deshonra, el castigo, la propiedad privada, la religión… La obra queda envuelta en poesía y conato de realismo mágico, encarnado en los fantasmas aparecidos. La vida de varias generaciones en pocas páginas condensadas con un broche final que flirtea con el cuento; de innegable simbolismo.
Anate Rivera.