Nunca había leído algo de Eduardo Mendoza. Es una novela entretenida y graciosa. Muy disparatada en los diálogos de los personajes. En especial los diálogos que el peluquero mantiene consigo mismo.
Me resultan extrañas y desconocidos algunos términos y palabras dado a que, imagino, son propias del vocabulario español (Soy de nacionalidad argentino).
Las situaciones absurdas están reflejadas con mucha gracia.