Demasiado asiático, repetitivo, sin una historia o final concreto, acompañado por una incesante campaña de publicidad fraudulenta, toxico y de pobre desarrollo técnico. Lo considero el último juego de la generación 2000-2010, el último lanzamiento popular pero no el mejor. Un juego que derrama entretenimiento pero no diversión. El fallo más grande en la historia al intentar deportivizar a la fuerza un videojuego. Algo que solamente le puede gustar a los jugadores muy asiáticos que les gusta vivir en un frasco. Hecho para gente virgen con el coeficiente de un hamster que les gusta correr en una rueda y nunca, por ninguna razón, abandonar la pecera en la que viven.