¡¡Decepcionante!! Íbamos con expectativas altas, pero, de nuevo, una segunda parte aprovecha el tirón de la primera.
Empieza bien, aunque con mucha gracia repetida, los actores son geniales y han tenido que disfrutar mucho rodando. Y el final, con la realidad virtual se hace pesada. Tiene bastantes comentarios soeces e incluso sueltan alguna blasfemia para "estar en la onda", y el colofón es el beso tan forzado de las dos chicas, supongo que para optar a subvenciones del Ministerio de turno. Ah, y tampoco entiendo esas escenas en que una pareja de personas con capacidades diferentes está todo el rato besándose en la boca. No sé qué mensaje se busca con esa actitud.