"One for the money, two for the show
Three to make ready, and four to go..."
El segundo largometraje del también actor Brady Corbett hace gala de su oscura y sugerente puesta en escena, deudora del quirúrgico y gélido Michael Haneke y del provocador Lars Von Trier, para quienes trabajó previamente.
Una superlativa Natalie Portman, con dejes de Katharine Hepburn o Bette Davis aún más ácidas, personifica a la popstar Celeste y su convivencia con el trauma y las ataduras de la fama.
Desde una narración omnisciente de Willem Dafoe, hasta la tentación y apostasÃa de Celeste, esta fábula faustiana se encuentra cargada de simbolismos y tópicos religiosos, asà como existenciales, navegando sutiles lÃneas y complejidades entre la explotación de las tragedias y el genuino amor por el arte, y cómo este compele a un individuo a expresarse artÃsticamente a pesar de los obstáculos identitarios y emocionales.
Un atentado terrorista y una canción pop son parte de la misma nada, acciones vacuas en el gran esquema de la existencia, sin importar si se quiere disfrazar estas acciones como hitos cultural y socialmente relevantes.