Hay un entrega que sólo al final se comprende.
Uno primero se desearÃa y se verÃa muerto, pero jamás a un hijo.Y si la prueba fuera la más dolorosa, y el lobo no te dejara de atormentar un segundo...y esa hombrÃa de bien que a veces nos regalan, no bastara,
ahÃ, solo asÃ, conocerÃamos que el amor tiene su cara más verdadera: el sacrificio de morir todos los dÃas a lo que creÃamos era
para siempre.