Dramas reales sobre personas reales con problemas reales, me da mucho orgullo la directriz que sigue éste gran actor-guionista-director, pues se centra en hacer las cosas personales, nos pone como testigos y nos involucra en cada trama que dirije y escribe, nos hace cómplices sin pedirlo, pero nos pone en una postura abierta a diálogo siempre.
En ésta gran obra por ejemplo, de entrada tenemos el dramatismo que inyecta un filme en blanco y negro, pero para hacerlo todavía más rasposo (molesto dirían los sensibles) está granulada la imagen, lo que tiene que ver mucho con el desarrollo de la trama, los actores de primera, tienen unos soliloquio extensos llenos de contexto y sólo aptos para verdaderos intérpretes que se meten en el personaje y lo hacen suyo, en fin... Puedo seguir hablando maravillas de éste filme, pero en particular le pido a la audiencia que si no ha visto la obra de Sam Levinson, se avienten un clavado, por que todo merece la pena, todo está hecho con cariño, todo está respetando a la audiencia y a la trama... ¡Aplauso de pie! 👏🏻