Exquisito poema visual, de impecables actuaciones del trÃo protagónico, en una pieza de construcción con ritmo propio. Cotillard nos vuelve a enamorar (a nosotros y a la cámara), en un desempeño sin exageraciones, de gestos precisos: está en su justa medida, pero es su mirada la que estalla en emociones contenidas. La pelÃcula es ultra recomendable por muchos más motivos; su musicalización es el perfecto soporte de la trama, sin estridencias, la fotografÃa es de una delicada tonalidad (convirtiéndose en otro protagonista), y la dirección es, sin dudas, de una magnÃfica factura, que consigue desarrollar el guión captando la atención del espectador de inmediato. Es un auténtico deleite para el amante del buen cine. Simplemente: ¡bravooo!!!.-