Al ver la serie tuve la sensación de que le encargaron la dirección a Tarantino pero, como éste estaba ocupado, se la dieron a alguien más para que hiciera lo que pudiera.
Si a la serie la tomamos como puro entretenimiento para un sábado a la tarde, funciona pero todo lo demás es realmente cero creíble: las víctimas de trata completamente hegemónicas que JAMÁS se sacan el maquillaje y los tacos incluso si están huyendo, las tomas cercanas y completamente sexualizadas a los cuerpos femeninos, las caras de disfrute de aquellas que están contra su voluntad, etc, etc hacen que el mensaje en contra de la trata se diluya y resulte ser todo lo contrario a lo que pretende (¿pretende?) expresar.
Destaco la excelente banda sonora.