Bueno la verdad yo creo que Sencillas, sonrientes y llenas de ingenuidad, como la musulmana Schehrazada, su madre suculenta que las dió a luz en el misterio; fermentando con emoción en los brazos de un prÃncipe sublime —lúbrico y feroz—, bajo la mirada enternecida de Alah, clemente y misericordioso.
Al venir al mundo fueron delicadamente mecidas por las manos de la lustral Doniazada, su buena tÃa, que grabó sus nombres sobre hojas de oro coloreadas de húmedas pedrerÃas y las cuidó bajo el terciopelo de sus pupilas hasta la adolescencia dura, para esparcirlas después, voluptuosas y libres, sobre el mundo oriental, eternizado por su sonrisa.
Yo os las entrego tales como son, en su frescor de carne y de rosa. Sólo existe un método honrado y lógico de traducción: la «literalidad», una literalidad impersonal, apenas atenuada por un leve parpadeo y una ligera sonrisa del traductor. Ella crea, sugestiva, la más grande potencia literaria. Ella produce el placer de la evocación. Ella es la garantÃa de la verdad. Ella es firme e inmutable, en su desnudez de piedra. Ella cautiva el aroma primitivo y lo cristaliza. Ella separa y desata... Ella fija.
La literalidad encadena el espÃritu divagador y lo doma, al mismo tiempo que detiene la infernal facilidad de la pluma. Yo me felicito de que asà sea; porque ¿dónde encontrar un traductor de genio simple, anónimo, libre de la necia manÃa de su renombre?...
Las dificultades del idioma original, tan duras para el traductor académico, que ve en las obras la letra...
y por eso South Park esta como para darle 5 estrellas