Supe sobre esta pelÃcula hace mucho tiempo, pero nunca le habÃa dado una oportunidad. Todo lo qué sabÃa era que habÃa tenido la ayuda de un fÃsico para su realización, pero cuando la vi, descubrà que era más, mucho más.
El trabajo de Nolan con Thorne es increÃble, cómo se las arreglaron para implementar los conocimientos de mecánica cuántica y cómo lo amalgamaron para mostrar emociones y reflexiones sobre el ser humano.
Las actuaciones de Matthew McConaughey, Ana Hathawey y Jessica Chastein son profundas y emocionantes, me alegré y entristecà y sentà cada momento de tensión, sobre todo en las escenas en las que las emociones chocan con la ética. También son muy buenas las actuaciones de Casey Affleck, Michael Cain, Wes Bentley y Matt Damon que, aunque no tuvieron el mismo espacio en pantalla, expresaron genuinamente los choques entre emociones y ciencia.
La participación de Hans Zimmer con su música me conmovió: cada melodÃa, cada silencio, cada tono grave y agudo. Logró una sinfónica propia del espacio-tiempo.
Christopher Nolan saca a relucir cada aspecto emocional del deseo humano y de los sentimientos, trascendiendo el espacio (conocido y desconocido). Con el aporte de Thorne, la pelÃcula goza de ficción y no ficción, ya que explora los conceptos teóricos a un nivel realista.
El dÃa que se estrenó esta pelÃcula yo tenÃa 12 años. Si la hubiera visto en ese entonces, no habrÃa podido apreciarla y valorarla como lo hago ahora. Estoy feliz de haberla visto con los conocimientos que tengo y con la edad que tengo para poder apreciarla en toda su dimensión.