Enrique Cortes

Es un testimonio descarnado, patético de la guerra. En ella los vencidos y los supuestos triunfadores son víctimas por igual de la intolerancia fatal de la ambición de poder de los megalómanos, despiadados gobernantes y su pérfido periplo por el poder. Doloroso y terriblemente impactante. Al terminar su lectura queda la reflexión sobre el porqué de la guerra (!)

Un deslumbrante análisis sobre el texto impreso, hoy vapuleado y denigrado por los ignaros cibernautas. Ejemplar, lúcido, particular. Una gran reflexión acerca del mundo de la imaginación, el pensamiento, la metáfora; de obligatoria lectura para quienes amamos el libro y hemos estado vinculados al mismo. Zaid, siempre certero, cáustico. Será por mucho tiempo un saludo luminoso para ese compañero inigualable de la soledad y el silenció insomne.

Un volumen de sentencias profundas, generosas, ejemplares. Un buen texto para leer y releer permanentemente. Breve pero de un intensidad inconmensurable.

Es un planteamiento muy interesante y necesario para complementar la educación en el círculo familiar. Lo deben leer padres e hijos para hacer de su horizonte un hecho fructífero e importante, evitar confusiones en sus relaciones íntimas, darles a dichas relaciones un trato más adecuado, serio, óptimo. En un lenguaje sobrio muestra como ayudar a los hijos en la estructura familiar y social; breve texto con la finalidad de lograr entender las sociedad dentro del núcleo íntimo y en el mundo externo. Básico en la compatibilidad de las pequeñas sociedades y dentro del conflictivo mundo de las relaciones interpersonales.

Con Mafalda, todo es virtud y transparencia; es la precocidad más deslumbrante hasta ahora.

Una gran cuentista olvidada; una narración sofisticada, sobria, lúcida. Hermosa licencia literaria.