Una maravilla casi todo el libro, pero el final deja un sabor amargo. Lo mejor del libro son los personajes, es muy fácil encariñarse con cada uno de ellos. Pero el final abierto que nos deja, no cierra uno de los aspectos más importantes del libro, que era la relación de Emilio y Mónica, dejándonos esperando ese beso que nunca paso, y ni siquiera una despedida digna.
Sería factible una continuación, pero si se hiciera, que ya es difícil, perdería la magia. Según se dice en el libro, ya pasaron muchos años desde que se fue Mónica, digamos 5, ya con casi 20, se perdería ese factor de la torpeza adolescente. Tal vez con una despedida digna o un reencuentro bien hecho este libro sería extraordinario, pero de todas manera es muy disfrutable