Una carta de amor al cine y a la adolescencia. Es una pelÃcula muy tierna pero no al punto de ser empalagosa, en cierto momento todos somos el Lawrence idiota y con traumas que le grita a su mamá, todos estuvimos en esa etapa de disconformidad alguna vez, llega a caerte mal pero también llegas a empatizar con él y a desear que le vaya bien, simplemente una pelÃcula entrañable y que volverÃa a ver de todas maneras.