Hermosa novela de aventuras, cargada de bellísimas fantasías y un fuerte tono romántico que no dejará insensible a nadie. Pocas veces he leído en una novela la descripción de un asombroso cataclismo natural como en esta. Extraordinariamente escrita, que no desmerece comparada con otras novelas del género de finales del siglo XIX y principios del XX. Publicada en 1919 ha pasado incomprensiblemente inadvertida para críticos y editoriales habituados al género. Muy bien traducida por Juan Antonio Juan Sanchis, garrafalmente puntuada en español, lo que corresponde a los correctores. Es de agradecer su publicación por la editorial Razas Perdidas a cargo de Ferranc Fort, el cual podría haberse ahorrado el pegote de la "Conclusión" que nada tiene que ver con la preciosa novela del casi desconocido Muir Ward. Aconsejo encarecidamente su lectura a los amantes de las novelas de aventuras. Van a disfrutar de lo lindo, estoy seguro.