No llega a los cinco, únicamente para ser un poco más justo. Hay clichés, estructuras básicas y también mucho de la narrativa "yo lo puedo todo; sol@ contra el mundo". Fuera de eso, es uno de los mejores trabajos de Ximena; atmósferas tristes con colores pastel. Arreglos exquisitos, imágenes poderosas y una fuerza vocal que se esconde bajo el característico modo de colocar la voz al cantar, de Ximena. Instrumentalmente, enorme: el bajo cómodo en su lugar, la batería profunda y dura, Ximena siendo ella y un excelente guitarrista.
Visualmente entregan un todo: la portada, los videos, la fotografía, el diseño, y la mirada de Sariñana. Cumple con todos los requisitos para formar parte de una colección respetable del "disco-objeto".
Gran, gran trabajo; quizá uno de los puntos más altos de su carrera. Me atrevo a decir, el más alto. Y sí, sale unos años después de que saliera el Hu-Hu-Hu!, de Natalia Lafourcade; pero si a ellas parece no molestarle esa cercanía, a mí menos.