Sin discutir su calidad literaria, que la tiene, me resulta especialmente interesante el tratamiento de la dificultad de integración de los inmigrantes en el personaje de Diego, y su trágico final. No así el relato desde la perspectiva laboral. Sí bien es cierto que existen innumerables abusos, que se centre exclusivamente en España, los españoles y el colonialismo, me parece un cliché oportunista en el que ademas, la carencia de contrapuntos, muestra un retrato estereotipado donde solo existe rechazo, racismo, explotación. Como ficción basada en realidades (desconozco si en primera persona o a partir de las investigaciones de la autora) la omisión y/o tergiversación de factores como la sanidad, educación, derechos humanos (resulta muy poco creible el impedimento a Diego entrar a su vivienda) hace que, gran parte del texto se convierta en un manifiesto.