Ismael Rodríguez

El comienzo de la película promete mucho, con una fotografía que ayuda a construir el ambiente de distraía que incluso recuerda a Blade runner o a una decadente ciudad gótica. Sin embargo la historia tiene varios errores de sentido común y el ritmo se va haciendo más lento a medida que transcurre una trama frecuentemente inverosímil; el colmo es la manera tan artificiosa de resolver el final: una pelea entre una luchadora que se nos presentó antes como implacable ahora presa de la fuerza de un tipo enclenque y por otro lado una pelea en el interior de un horno crematoriodel que anteriormente se nos había presentado su capacidad para desintegrar cuerpos de manera inmediata (pero no metales). En síntesis, primeros 30 minutos buenos y el resto ...