Alma Delia, escribe con la misma fuerza de búsqueda con la que Juan Rullfo escribió Pedro Páramo, con la misma epifanía verbal de García Márquez, con la alegría de los mexicanos de a pie, y con la suficiente cultura literaria para que los críticos la consideren una obra de arte.
Me ha conmovido mucho su historia, la maestría para tejer palabras, el respeto con el que te mete en la tragedia familiar, sin sentirte un intruso... Un libro que te hace detenerte en cada párrafo.