Frente al reduccionismo conductista que se resiste a morir y a declararse derrotado definitivamente por el espíritu del tiempo, este magnífico libro sienta las bases de algo que ya no tiene vuelta atrás, la revolución cognitiva y computacional, con su visión comprehensiva de la mente humana y animal como objeto real de las ciencias cognitivas y de la psicología. Hoy, con el auge del 5G, la Inteligencia Artificial, los modelos de redes neuronales aplicadas a la industria y a las telecomunicaciones, soltamos una sonora y espontánea carcajada ante los intentos de cretinos como Skinner, que intentaron reducir las actividades humanas y animales, de carácter natural y espontáneo, a un esquema rígido, artificial y además, irrreal, porque los seres vivos no funcionan realmente así. Yo me quedo con las aportaciones de Premios Nobel, como Lorenz, Tinbergen y Von Fritszch, y con autores como Bruner, Piaget, Bartlett o la escuela de la Gestalt