El programa rompe con el formato y las reglas de Gran Hermano. Existe mucha censura por la transmisión supuestamente "24/7", no se sancionan las agresiones, denostaciones y amenazas de distintos participantes, además que también se rompe con el punto fundamental del encierro: no debe haber contacto e información del exterior.
Una vergüenza la producción de esta versión de Gran Hermano, y los conductores Diana Bolocco y Julio Cesar Rodriguez, que aumentan el morbo y relativizan las agresiones realizadas entre diversos participantes e incluso a la mascota del encierro.