Si crees que esta pelÃcula es para niños, lo siento pero no. Grotesca, cruel y despiadada, como la vida misma. Nos enseña una buena lección de lo estúpido que se ve el fascismo en sociedad y de cómo lo ven los ojos inocentes de los niños. Un padre y un hijo imperfecto, hadas y monstruos bÃblicos, una tierna caricatura hacia lo vulnerable que es la vida humana. El stop motion está tan impecable que la vuelve asombrosa. La paleta de color elegida para la pelÃcula y la iluminación hace que se vea melancólico pero cálido a la vez. Sin duda alguna es la mejor pelÃcula animada de este año.