En una guerra civil no se puede ser imparcial y este libro lo demuestra. Pretende que sintamos lástima por todos aquellos hacendados que tuvieron que "huir" a san Remo. Aquellos propietarios que habían tratado "justamente" a sus trabajadores porque nunca les faltó techo y comida. Y salud? Y educación? Y bienestar? Y algún que otro derecho?
No lo voy a terminar y será el segundo libro que no termino