Brillante. Una muestra a cielo abierto del estilo Anderson. Historia, arquetipos, color, música y un encuadre de cámara en perfecta perspectiva. Un festival para los ojos, pero lo central sigue siendo el ser humano y su entorno, sus fidelidades y sus defecciones. Anderson se ama o se deja. Pero parece imposible pensar que quien disfruta del cine gourmet, no se deleite con cada obra del cineasta. El elenco en un desempeño previsible, acorde a sus antecedentes. Benicio del Toro deja por un momento su estereotipo de narco hispanoamericano y compone un personaje antológico. Ud la ve, y las imágenes persisten largo tiempo, como los buenos vinos con largo final de boca.