Es un film, que aunque antiguo con más de 75 años, es todo un clásico de la cinematográfia latinoamericana y argentina, por no decir mundial. Arturo de Córdova se luce en un rol, como hecho a su medida, Sully Moreno, sencillamente exquisita. Aleccionador, espiritual y a mi modo de ver a pasado la prueba del tiempo, sigue cautivando y llenando de fe y esperanza, cuando se tiene a Dios en el corazón y en nuestras vidas, sin falsas demagogias Cristo- judaicas. La recomiendo ampliamente