El libro relata su vivencia de despedida de su marido, algo duro y difícil pero creo que es una privilegiada porque desde que supo la enfermedad ella al tener buena situación económica recibió ayuda de siquiatra Enric, sicologa Ana que lo repite varias veces y biodescodificadora Verónica Cantero y dentro de que llegó su muerte para lo que él fue acompañado también con la misma sicologa Ana.
Y dentro de lo terrible que es, poder contar con ese apoyo y ayuda profesional es muy importante. Es muy triste que si tu no tienes el dinero tengas una cita con sicología en seguridad social de 10 minutos cada 2 meses y así es muy difícil poder llevarlo y aceptarlo como ella pudo hasta el punto de tener depresión muy profunda y hasta casos de suicidio.
Lo peor es que ella dice que es muy importante ir al sicologo en nuestras vidas para cualquier problema que tengamos y no sepamos cómo gestionarlo y no podamos solos, la cruda realidad es que el precio de un siquiatra privado yo no puedo pagarlo ni muchas personas que no llegamos casi a final de mes con pago alquiler, gastos, no porque no queramos.
Lo que si es para reir por no llorar la salud mental en España y poder pagar como fue su caso a un enfermero para que la ayude y se muera en casa y no en un hospital.
Por favor un poco de consideración, que ni ante la muerte y como afrontarlo todos somos iguales porque influye el dinero por medio. Y eso si que es triste, cruel y doloroso con todos mis respetos a su pérdida y duelo personal.