“La última escala del Tramp Steamer” de Álvaro Mutis es una novela que, como lo experimenta el lector en cada página, se sumerge en el misterio de lo inalcanzable y la fascinación por lo efímero. A través de la historia del protagonista y su atracción casi mística por el Tramp Steamer, Mutis teje un universo de coincidencias y encuentros que recuerdan a la narrativa de Kundera, donde los destinos se entrelazan sin control aparente, y a la persecución obsesiva de Melville en “Moby Dick”. Aquí, sin embargo, el objeto de esa búsqueda es un barco, el Tramp Steamer, que nunca llega a encontrarse realmente cara a cara con el protagonista, como si ambos compartieran un vínculo destinado a mantenerse a distancia.
El relato de la relación entre el protagonista y el Tramp Steamer se siente como una especie de danza, un vínculo profundo que nunca llega a un clímax directo, pero que se percibe en las historias contadas por el capitán y las impresiones del protagonista. Esta dinámica crea una atmósfera de tensión y añoranza, de admiración lejana que, al igual que en “Moby Dick”, sugiere una lucha silenciosa entre la presencia humana y la vastedad del mar.
En medio de esta persecución, se entrelaza una historia de amor con una mujer enigmática, quien parece oscilar entre la frialdad calculadora y la pasión profunda. Mutis construye a este personaje femenino con una ambigüedad que intriga y cautiva: no queda claro si su amor es genuino o una especie de juego del destino. Su relación con el capitán y el buque parece estar bajo un vaticinio, tan incierto como la travesía misma del Tramp Steamer.
Esta obra, como parte de la saga “Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero,” puede ser difícil de entender fuera de contexto, pero al seguir la secuencia completa, la trama cobra un sentido aún más profundo y fascinante. Con este libro, Mutis nos entrega una historia sobre el destino, las pasiones contenidas y la belleza de lo inalcanzable, dejando en cada lector una marca tan duradera como los propios mares que atraviesan sus personajes.