Es una situación más normal de lo que mà genero está dispuesto a aceptar. El tema no es cansino sino incómodo. La fragilidad masculina existe y es responsabilidad nuestra reconocerla y superarla. No hay absolutos. Ni las mujeres son ángeles ni los hombres son demonios. Lo que si hay es estadÃstica y responsabilidad individual de ser mejores.
La pelÃcula es regular pero es un buen recordatorio sobre flagelos existentes en nuestra sociedad.