Dos veces la vÃ. Almodovar ha logrado con total simpleza atrapar y convertir en pelÃcula retazos de su infancia. Desde las catacumbas cristianas (lugar en que pasa su infancia), se irradia el juguete preferido : la capacidad de crear los mundos en los que se desenvolverá su vida. Descubrir en un adulto el miembro masculino lo golpea como una brutal insolación. El artista creador como explorador de su género, de la adicción. La absoluta presencia de lo femenino, la ausencia del padre. lo marcará.
Es predecible pero atrapa.