Este libro me ha dejado tocada. Perdi la cuenta de las veces que he llorado junto con Zeze.
Sus travesuras, su personalidad, su rebeldia hace que le agarres un cariño especial a lo largo de la historia.
La forma cruda en la que el autor nos muestra la realidad de muchos niños que viven en extrema pobreza y que sufren de maltratos logra conmover y hacernos reflexionar sobre lo bendecidos que somos aquellos que contamos con un plato de comida y un techo donde vivir.
Definitivamente un libro que recomendare hasta el fin de mis dias.