Creo, más bien lo aseguro, que conocer la obra de Lidia Cabrera y, en especial El Monte, es el saber imprescindible para adentrase en ese universo mágico de la mitología afrocubana. Leer El Monte, es auto reconocernos, mejor, descubrir nuestras más profundas sensibilidades de nuestro múltiple y complejo imago. El Monte es también nuestra identidad como pueblo y símbolo cultural. Resulta, a la vez, un espacio para buscarnos y hallarnos. Resulta nuestro verbo,
que nos conjuga.