Eric
Recuerdo la vez que una amiga me pidió que condujera su vehículo. Era un auto verde medio viejón una especie de jeep. Lo dejé estacionado bien, según yo, y fuimos a realizar las diligencias que teníamos previstas. Al regresar al punto en donde dejamos el vehículo resulta que no lo veía por ningún lado. Recuerdo que corrí de un lado a otro desesperado tratando de visualizar el vehículo; pero nada de nada. Así pasaron unos minutos interminables con la angustia a flor de piel. Afortunadamente un vecino nos indicó a mi amiga y a mi que era frecuente que los vehículos estacionados ahí se los llevara la grúa. Eso fue un relativo alivio porque había la posibilidad de que no se lo hubieran robado sino solamente que la ley se lo había llevado. Y en efecto al final así fue, encontramos el carrito verde en el corralón.
Este breve relato viene a colación al empezar a ver la serie Eric. Porque si la sensación de la pérdida de un objeto te deja “vacío”, no quiero ni imaginar lo que implica la pérdida de un hijo. Es algo simplemente atroz y devastador.
En la miniserie de 6 capítulos los padres muestran diferentes comportamientos ante la desaparición de Edgar, su hijo. Por un lado la madre, Cassie, se muestra muy afligida y desesperada. Por su parte el padre, Vincent, que es un actor de un programa para niños y que maneja marionetas, empieza a convivir con un personaje ficticio -de hecho un monstruo, que fue ideado por Edgar, y que se llama precisamente Eric- y es con el que irá tras la búsqueda de su hijo porque está convencido que no está muerto.
Conforme avanza la serie nos adentramos en los complejos, traumas, deseos, adicciones, vicios y locuras que tiene, Vincent con algo que muy posiblemente sea esquizofrenia, paranoia u otro trastorno mental.
Pero, ¿por qué desapareció Édgar?, quién lo hizo?¿quiénes son los responsables?, ¿por qué las pistas llevan a un callejón sin salida? ¿dónde se ubica?
La respuesta se encuentra en buena medida en el submundo en donde habitan y sobreviven los rechazados por la sociedad. Ese mundo underground de indigentes que presenta el gran contraste con la la cotidianidad de la gran urbe, NYC.
Otra parte de la respuesta de la desaparición de Edgar se encuentra en la constante disputa familiar de los padres que tiene claras repercusiones en la conducta del niño.
En resumen la serie nos lleva por un drama personal, familiar y social donde hay muchos factores que intervienen en la construcción de la historia: policías y ciudadanos corruptos; empresarios mezquinos, políticos asesinos e ineptos; padres egoístas, racismo y pedofilia.
Cabe destacar que además de la historia principal de la desaparición de Edgar hay otra historia secundaria que es la desaparición de Marlon, y que el acucioso policía investigador, Ledroit, logra desentrañar.
Quizá para finalizar este pequeño análisis de la serie podemos concluir con la frase que una persona traía escrita en su playera y que nos deja una reflexión de este mundo convulsionado. “He who says no sin is but a liar” (quien afirme no ser un pecador, miente).