Llena de escenas gratuitas y exageradas donde el autor expone sus temores clasistas, bastante paranoicos. Trata de asustar al espectador, especialmente a la clase media y alta mexicana, mostrando lo que en su imaginación es lo horrible y desalmado que pueden ser las clases populares (los chairos de hoy) y el ejército (formado de chairos). Los ricos aparecen como "buenos" y victimas de esa maldad de la que, desde luego, no tienen la culpa de nada. El autor deberÃa dejar su racismo, clasismo y sus fobias extremas antes de seguir haciendo pelÃculas. Es una vergüenza. Es una apologÃa del clasismo mexicano.