¿Cómo es posible que una cadena de televisión generalista ponga en antena un programa en el que hay pruebas palpables de acoso sistemático a uno de los concursantes (Asraf Beno), con acciones que rozan la xenofobia, y, simultáneamente, difunda mensajes como los de doce meses, doce causas, de carácter social y humanitario? Demasiada contradicción e hipocresÃa.
No todo lo puede justificar la cuota de pantalla o porcentaje de la audiencia (share), ni los beneficios económicos.
Los anunciantes de espacios en los que se producen situaciones que atentan contra la integridad personal, y se menoscaban los derechos humanos más elementales, deberÃan retirar su apoyo a estos programas y no permitir que sus marcas se vean expuestas a la complicidad de hechos tan lamentables.