Es una serie magnÃfica como preludio a una siesta. Cae en todos los topicazos más manidos y recalentados: iglesia católica muy mala, lesbianismo excelente, infidelidades justificadas siempre y amor sin orden ni concierto guiado solo por el calentamiento del momento. El guionista bien podrÃa ser un adolescente de la ESO. La pronunciación de algunos actores oscila desde lo inaudible a la pedanterÃa repipi de algunos acentos. Solo entretiene Tasio y Gaspar el de la cantina, a cuyos actores deberÃan subir el sueldo por salvar la cara a la serie. Si te pierdes un capÃtulo (o varios) no lo lamentarás.