He leído el libro y siento que estoy viendo propaganda panafricana, blanqueando figuras como Nelson Mandela (un terrorista según el FBI) o al partido comunista francés (De líneas estalinistas entre el 30 y el 64, además de que hasta los 70, muchos de sus miembros eran misóginos y homófobos, afirmando que el feminismo y la homosexualidad eran basura capitalista, a pesar de apoyar el voto femenino). Los datos están bien en un libro de historia, pero siento que en los últimos capítulos, me trago propaganda panafricana, blanqueando a líderes de la descolonización que han hecho varias cosas terribles. En pocas palabras, un libro mediocre.