Una historia que se alargó demás y empezó a caer en absurdos y repetición de situaciones. Para el final de la segunda temporada la historia ya esta contada, no queda más. Es demasiado evidente que se alargó demasiado. Las situaciones de la tercera temporada ya carecen de novedad y sobre todo de lógica. Se recurre a demasiadas conveniencias para que "pasen cosas dramáticas" aunque en realidad ¡Nunca pasa nada! es demasiado cansada. Se va por un dramatismo fácil que opta por impactar más que por ser algo útil a la historia. Demasiado relleno innecesario y mucha cotidianidad que solo alenta el desarrollo de la trama. Las decisiones de los personajes carecen de sentido en varias ocasiones y a pesar de que son complejos, conforme se alarga la historia, se desdibujan más sus caracteres. Una historia que pudo ser un éxito ya que tiene una excelente fotografÃa y estética visual, pero que se queda vacÃa y se vuelve tediosa por todo lo que le sobra que es demasiado.