Entré con cierto entusiasmo para ver qué nos presentarÃa Coppola en su última pelÃcula, ya que, además, la sinopsis me pareció muy interesante, asà que fui con un amigo a verla.
La verdad es que el concepto de pelÃcula me gustó mucho, puesto que, en efecto, nuestra sociedad se encuentra en un estado de decadencia comparable al de la Antigua Roma, pero me llevé una decepción considerable. La pelÃcula se hace muy difÃcil de seguir por su falta de cohesión, la narrativa es confusa y muchas escenas son estridentes. Me gusta que el director haya querido experimentar y ofrecer algo nuevo, pero sencillamente no tiene la suficiente sustancia como para engancharte en su propuesta. Mi amigo dijo que era una pelÃcula muy rara; yo, en cambio, pienso que está mal ejecutada la idea de la cinta, porque no consigue satisfacer a los crÃticos amantes de las narrativas poco convencionales y de las pelÃculas transgresoras por su falta de sentido argumental, y por desperdiciar al elenco de actores talentosos que trabajaron en ella.
Una fábula cuya enseñanza es demasiado abstracta e inconsistente como para ser tomada en serio. Una pena.