“Eventos inquietantes y misteriosos comienzan a sucederle a un cantinero en Nueva Orleans después de que se lleva a su casa un teléfono celular que alguien dejó olvidado en su bar”
Esto es lo que pasa cuando un director tiene algunas ideas buenas para un corto y hace un largometraje, claro que esos cortos suelen no tener ni pies ni cabeza porque lo importante es mostrar algo que sea nuevo, llame la atención, lo que sea.
Acá vos tenés a un barman que encuentra un teléfono luego que hay una pelea en el bar y como se arma tal bolonqui alguien pierde su teléfono, el tipo se lo lleva a la casa y debería comenzar las cosas raras desde ahí por lo mensajes que recibe…
Muchas cucarachas…
Pero si, recibe un mensaje raro con gente muerta y esas cosas, pero toda la película lo que ves es como el protagonista que en realidad es un looser de aquellos, porque sigue enamorado de su ex a pesar de que vive con otra minita, pero que la busca a pesar de que su ex esta de novio con otro tipo, pero no le importa y el tipo chupa peor que yo y además se droga y se va degradando, pierde el trabajo, la casa en donde vivía, la minita con la que estaba y de paso pierde a la ex como amiga.
Muchas cucarachas…
Así que vos te decís “A este nabo le iba a pasar todo esto por más que no lo persigan los fantasmas” Y si, entonces parece más una biografía de un salame que una de terror. Con un final que todavía te deja más desorientado al fin si es que eso era posible.
Y muchas, muchas cucarachas…