Me resisto a creer que haya terminado. El último minuto del último capÃtulo es de antologÃa, me fascinó, es ARTE DE CINE, no sólo lo que hacen los actores, sino los detalles mÃnimos que complementan esos últimos segundos y muchas veces pasan desapercibidos por los espectadores pero el director lo tuvo muy en cuenta para enriquecer el relato: el cierre de las puertas del tren y la partida, sugieren que "no hay vuelta atrás".