Javier Vergara Cabo

He ido a ver la quinta temporada al cine acompañado.No teníamos ninguna expectativa porque no habíamos visto las temporadas anteriores y sólo sabíamos que iba sobre las últimas horas de Jesucristo en libertad en Jerusalén: Por primera vez en la vida me he ido del cine a la hora de iniciarse la reproducción. Insoportable, carente de ritmo, aburrida, soporífera. Además el vestuario parece sacado de una tienda de ropa para hippies o una tienda para turistas en Marruecos, un legionario con un camiseta con el spqr y el águila estampados como la camiseta de un gimnasio, legionarios combatiendo con capa y túnica larga, judíos chinos, indios o negros (hay judíos negros, pero etíopes y no pululaban por Jerusalén). Tengo la piel bastante oscura, pero lo de la diversidad porque sí ya cansa. Sí no eres creyente y buscas una aproximación histórica a la figura de Jesús y su tiempo no veas está serie. Sí eres creyente y buscas una reproducción fiel de los evangelios, tampoco la veas. No le doy sólo un punto porque desde un punto de vista de catecismo moderno la idea es interesante y se merece un puntito aunque no sea creyente: Se hace una relectura contemporánea de los evangelios y se usan un lenguaje y unas actitudes del Occidente de hoy que podrían hacer más cercanas unas personas y hechos de hace tanto tiempo. En vez de un Jesús perfecto, ultradivino, alto, guapo y que brilla, nos presentan el lado humano de Jesús sin dejar de insinuar continuamente su divinidad. Los apóstoles tampoco son perfectos y tienen una humanidad que los hace más cercanos que esas representaciones idealizadas de esculturas, cuadros y vidrieras. Qué pena que a la hora de escribir un guión y a la hora de rodar el resultado final haya sido tan pésimo