Hablar de la realidad de nuestros paÃses la mayorÃa del tiempo se convierte en una guillotina para tú cabeza es por eso que muchos callan, los sistemas y gobiernos están tan corruptos que un preso prefiere estar dentro de una prisión que en las calles, es lamentable las cifras de la que habla la pelÃcula pero más lamentable aún, que no se tomen las medidas necesarias para combatir este delito que ha azotado por tanto tiempo al mundo. A pesar, de carecer cinematográficamente de recursos, el mensaje es preciso y conciso. El cambio comienza por cada uno de nosotros y quedarnos callados no es una opción. Porque los niños de Dios no se tocan